¿Cómo son tus claves? ¿Nombres de familia, de jugadores de fútbol, cosas numéricas que combinás, algo tipo Bonnie&Clyde para sentir que desafiás el sistema?
El otro día me paré en mi living y te imaginé tirado en el sillón. Encajabas perfecto, te juro. Estabas en jean y patas y con la manta tapándote hasta donde dura un plano americano. ¿Cantás en la ducha? ¿Te molestaría que te grabara? Sólo audio. ¿En qué pensás justo antes de irte a dormir? ¿En mí, alguna vez? ¿Cocinar o lavar?
Sé que mucho no nos conocemos y que puede ser un desastre. Pero, mirá, yo ya soy un desastre, vos también, vos estás re triste y yo me siento muy sola. Es raro que alguien diga esto de sí pero soy buena piba, soy linda, soy divertida en el sentido de que a veces me paso de estúpida, pero no me jode, es más, un poco me gusta. Canto pensando que canto bien. Si alguna vez te fastidia me podés hacer la seña de Ross cuando Chandler y Joey están pelotudeando.
A veces siento que si no te doy besos estoy perdiendo el tiempo. Por eso capaz lo quiero sellar, para crear la ilusión de que somos infinitos y vamos a tener todos los días para querernos.
Ya sé que todo esto es extremo y se lo podés mostrar a quien quieras y tratarme de loca. Pero mirá si me decís que no y la tristeza no se te va nunca y después pensás en lo que podríamos haber sido, en que extrañás mi sillón por más de que nunca hayas estado encima. Porque el tiempo se dobla raro, ¿viste? Un segundo y el agua ya hirvió. Por eso odio la expresión “es un antes y un después”, porque todo lo es. Así funciona.
Me contó Fabi que cuando era chico cuidaba mucho el almanaque de su casa porque pensaba que de él dependía el tiempo. Pensaba que si por ejemplo se perdía, los días podían dejar de pasar o desordenarse; que si se manchaba con café y la página se machucaba, no habría, no sé, miércoles 2 de junio ese año.
Si se rompe el almanaque, entonces se rompe el tiempo. Esa era la lógica. Todo el poder de la dimensión temporal en trece hojas anilladas y caratuladas con un gatito de sombrero al lado de un juego de costura que tuvo la microdecencia de esquivar el lugar común y no contar con lana.
O por ahí el miedo era a que el tiempo siguiera pasando y él no tuviera forma de saberlo. O que pasara para todos menos para él, porque el resto había cuidado su almanaque.
Si nos casamos y yo te veo contento, primero te parto la boca y después voy y rompo todos los almanaques del barrio.
Te lo prometo.
Me encantó, juro amar tus cuentos por siempre.
ResponderEliminar"El otro día me paré en mi living y te imaginé tirado en el sillón. Encajabas perfecto, te juro. Estabas en jean y patas y con la manta tapándote hasta donde dura un plano americano. ¿Cantás en la ducha? ¿Te molestaría que te grabara? Sólo audio. ¿En qué pensás justo antes de irte a dormir? ¿En mí, alguna vez? ¿Cocinar o lavar?"
"Sé que mucho no nos conocemos y que puede ser un desastre. Pero, mirá, yo ya soy un desastre, vos también, vos estás re triste y yo me siento muy sola."
Gracias, Agus! <3 <3 <3 <3
EliminarSé que mucho no nos conocemos y que puede ser un desastre. Pero, mirá, yo ya soy un desastre, vos también, vos estás re triste y yo me siento muy sola...
ResponderEliminarFrasaza!! me encantó tu texto
Muchas gracias!
Eliminarsisis andaba con ganas de leerte!
ResponderEliminarSentirme identificada con cada oración justito en este momento de mi vida debe ser lo más lindo que me pasó en el día. Muchas muchas gracias. Nunca dejes de escribir porque qué lindo lo haces. Mañana seguro le propongo casamiento, despues te cuento.
ResponderEliminarLucía.
Por favor contame. Invitame también ;)
EliminarBesos!
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.
ResponderEliminar"Si nos casamos y yo te veo contento, primero te parto la boca y después voy y rompo todos los almanaques del barrio. Te lo prometo" Iría corriendo ya mismo a pedirle a mi novio que se case conmigo diciéndole ésto.
ResponderEliminarSi lo hiciste, porfa contame cómo salió.
EliminarGracias!