miércoles, 31 de mayo de 2017

Lo posible, lo probable, lo dado



Lo que nos mató no fue la rutina ni la erosión del amor.
Porque había amor,
tanto amor,
yo sé que había amor.

No fue tu mugre
ni mis exigencias o fastidios desmedidos
ni la falta de ganas de estar cerca
uno encima del otro
encima de uno
encima del otro.

No nos mataron los de afuera.

No fue tu relajo tampoco mis olvidos,
siempre hablamos desde el abrazo,
no sé cómo explicar,
siempre chateamos con nuestro calorcito,
aplaudimos la suerte de tenernos
y cuidamos lo posiblemente frágil de eso.
Lo probable.
Lo dado.

No hubo signos de exclamación de más
ni de menos.
¡No!

Las cosas que decir nos las dijimos. No fue eso.
Elegimos las batallas o abandonamos a tiempo.

Lo que nos mató
nos terminó de matar
para mí
fue esa fiesta
de alguien más o menos cercano
en la que no pasaron cumbia.