miércoles, 24 de enero de 2018

Mañana será otro día



En el primer día de vacaciones, lo típico.


Despertar con un ligero malestar producto de un pensamiento sin pies ni cabeza.
Hoy: por qué no nací en provincia.
(Ayer: por qué no tengo segundo nombre).
Hacer el mate, regar las plantas, sobrevolar las noticias del día, las malas siempre. Estirar la cama levantar la ropa del piso ponerla a lavar, aturdirse hasta el llanto con el ruido del centrifugado pero estar, claro, llorando por otra cosa.


Esquivar los adverbios terminados en mente y de paso recordar que los pensamientos son amorfos.


Que el ruido tome el departamento y lo haga temblar. El lavarropas sale eyectado, el edificio se cae, se hace mierda el edificio, y quedo sentada en el cordón entre escombros, llena de polvo yo. Los vecinos están en pleno palabrerío. Una vez que salieron de la sorpresa de haber sobrevivido (tremenda sorpresa que se lleva uno. Todos los minutos de su vida), pueden quejarse. Que el arquitecto, que las expensas al día, que el lavarropas nunca se centrifuga al máximo, lo sabe todo el mundo. Es evidente que no sé ninguna de las cosas que sabe todo el mundo.


Y de ahí sale un fantasma,
(siempre de los escombros sale un fantasma).


Charlo, me dice que estoy durmiendo mal. Loca estás en cualquiera hablá las cosas, me dice. Masturbate más o masturbate menos, me dice. Es tipo El lobo de wall street, es aunque no quieras. Le pregunto ves todo lo que hago, sí, me dice. Sacá la tele del cuarto, cuando estás llorando llamá a alguien, llorá con alguien.


No le inyectes razón a todo
sólo para usar un montón de palabras
que nunca usás.


Pocas certezas tengo, pero si cambio la manera de sentarme es que me estoy empezando a enamorar. Lo miro, lo escucho. Descruzo las piernas. De repente me acuerdo de la vez que cogí con Dios y no estuvo tan bueno.


Fantasear con viajar, tender la ropa, comida por peso. Extrañar el fantasma, sobre todo extrañar el fantasma y pensar en por qué se fue. Y de dónde me fui yo.


Tomar la lección y acostarse con un tema en la cabeza, tipo el de arctic monkeys
que dice que el tipo tiene un tema en la cabeza,
que lo hace pensar en vos,
y lo escucha en loop
hasta quedarse dormido.