Les pedí a mis amigas
que no me hablaran de vos. Les pedí que no me contaran si se enteraban que
salías con alguien. Les pedí que no me dijeran si estabas acá o de vacaciones.
Todo esto esperando que algo se les escapara.
Así supe que habías cortado (y en efecto que habías estado de novio), que estabas acá, y que no habías preguntado por mí. Está bien, no tenés por qué. Pero quisiera saber si sonreís cuando me pensás, o cuando ves mi nombre en algún lado. Porque a mí me pasa. Con tu frente con forma de corazón, por ejemplo. O tu ombligo para afuera. Con tu respiración ruidosa cuando dormís. Con las cosas importantes, bah.
Les pedí a mis amigas que no fuéramos a ningún lugar donde pudieras estar, anhelando que un cambio de planes de último momento me hiciera encontrarte. Imaginé toda la situación. Vos las verías y lógicamente intentarías irte, y en tu apuro me chocarías.
"Ay, estás más colorada que nunca" me dirías, y yo me reiría y te abrazaría muy fuerte, como descargando muchos abrazos en uno; en parte por haberte extrañado tanto y en parte porque adoro tus onomatopeyas.
También sonrío pensando en la primera vez que nos besamos. Chocamos dientes, ¿te acordás? Fue raro, pero raro lindo. Y la primera vez que intentamos tocarnos, que yo me puse un poco nerviosa y vos me acariciaste la espalda hasta quedarnos dormidos. Me acuerdo, creo yo, de las cosas importantes.
Y una noche fuimos al cine, pedimos pochoclos salados que al tiempo confesaste odiar; y yo te pregunté por qué los habías pedido entonces. No me dijiste nada, te reíste y me diste un beso. Y esa noche nos tocamos sin nervios, sin vergüenza. Como todas las noches que le siguieron.
Les pedí a mis amigas que no me dijeran nada, porque aunque me intrigue (mucho) saber de vos, me alcanza con acordarme de las cosas importantes.
Así supe que habías cortado (y en efecto que habías estado de novio), que estabas acá, y que no habías preguntado por mí. Está bien, no tenés por qué. Pero quisiera saber si sonreís cuando me pensás, o cuando ves mi nombre en algún lado. Porque a mí me pasa. Con tu frente con forma de corazón, por ejemplo. O tu ombligo para afuera. Con tu respiración ruidosa cuando dormís. Con las cosas importantes, bah.
Les pedí a mis amigas que no fuéramos a ningún lugar donde pudieras estar, anhelando que un cambio de planes de último momento me hiciera encontrarte. Imaginé toda la situación. Vos las verías y lógicamente intentarías irte, y en tu apuro me chocarías.
"Ay, estás más colorada que nunca" me dirías, y yo me reiría y te abrazaría muy fuerte, como descargando muchos abrazos en uno; en parte por haberte extrañado tanto y en parte porque adoro tus onomatopeyas.
También sonrío pensando en la primera vez que nos besamos. Chocamos dientes, ¿te acordás? Fue raro, pero raro lindo. Y la primera vez que intentamos tocarnos, que yo me puse un poco nerviosa y vos me acariciaste la espalda hasta quedarnos dormidos. Me acuerdo, creo yo, de las cosas importantes.
Y una noche fuimos al cine, pedimos pochoclos salados que al tiempo confesaste odiar; y yo te pregunté por qué los habías pedido entonces. No me dijiste nada, te reíste y me diste un beso. Y esa noche nos tocamos sin nervios, sin vergüenza. Como todas las noches que le siguieron.
Les pedí a mis amigas que no me dijeran nada, porque aunque me intrigue (mucho) saber de vos, me alcanza con acordarme de las cosas importantes.
Creo que temblé un poco mientras lo leia. no puede ser mas tierno
ResponderEliminarVos no podés ser más tierna.
EliminarINCREIBLEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
ResponderEliminar=)!
EliminarLa primera vez que leí esto tenía 15 años y hoy a las 5 de la mañana y con 18 años lo volví a leer. No porque haya dejado de leer tu blog todo este tiempo, sino porque siempre leí lo nuevo y hoy me puse a mirar lo viejo. Que no porque sea viejo deja de ser increíble. Como los abuelos o como este texto.
ResponderEliminarNunca me animé a dejar ningún comentario, porque me da un poco de vergüenza que me leas. Porque no sé bien qué decir ni cómo. Cómo contarte lo que me transmitís y hacés sentir con cada texto. Cómo explicarte eso que vos sabes hacer muy bien, poner sentimientos en palabras. También por eso nunca te escribí y también por eso me da vergüenza (no sé en qué orden). Tal vez dentro de tres años más me salga decirte algo más lindo.
Decidí dejar este comentario acá porque me hiciste acordar del beso raro pero lindo con choque de dientes, de cuando me tocó y de la vez que fuimos al cine pero no pasó nada.
P.D.: lloré con "Mi abuelo" y "Recordar menos" y sentí mucho con todos.
P.D. II: googlié cómo escribir P.D. e igual no sé si lo puse bien o por qué te estoy contando esto.
Me demoré un poco en responder a esto, pero lo leí mil veces durante el fin de semana. Muchas gracias, me resulta impensado que hay alguien, vos, que me lee hace tres años. Para mí es loquísimo, pero me deja recontra contenta.
EliminarYo lloré con los mismos que vos.
Me gustan los datos que a quién le importan, yo los tiro todo el tiempo.
En ninguna de estas dos de arriba puse P.D porque para mí es P.S pero me da un poco de paja buscar.
En fin, esto iba antes de eso, pero muchísimas gracias. De verdad. Besos!