miércoles, 20 de mayo de 2015

Toda la ternura del mundo

Dos días después de encontrarse en Tribunales, le habló. La acusó de usar musculosa y cartera cruzada, como si fuera un delito. Claro que en chiste, buscando el piropo, pero desafortunado teniendo en cuenta todo, todo lo que pasa. Ella igual sabía. A riesgo de rociar de nafta este metro cuadrado lleno de colillas a medio apagar, digo: siempre saben las mujeres. No desató un discurso justiciero porque lo sintió indefenso, como queriendo encarar sin tener con qué o saber por dónde. Tampoco lo pensó así, no sé qué tanta explicación vengo a dar. En fin, la conversación siguió.


Ese miércoles se cruzaron y ella por suerte estaba linda. Había pensado varias veces en cuándo se volverían a ver. Dos, casi tres años desde el último encuentro y varias charlas de horas en el medio. Dijo que estaba apurada para esquivar la eventual incomodidad de, después de haber pretendido que podían hablar de cualquier cosa hasta la madrugada, quedarse parados y callados sin saber qué decir. Lo saludó con un beso en el cachete más generoso que a cualquiera y se fue prácticamente imposibilitada de relajar la sonrisa.


Dos días después es un montón para la chica que gusta del chico. Vamos, dos horas después es un montón. Y una no sabe si conectarse poco o todo el tiempo, si él no habla porque está en otra o porque ella no aparece en la listita o qué carajo pasa. Admiración y reverencia a aquellas que pueden archivar esta espera hasta que la ventanita titile en azul y todo se desclasifique. Me saco el sombrero frente a las que, si pinta, mandan ellas. Cuestión que hablaron y la invitó a salir. Le dijo “Tengo dos preguntas”, la primera fue si la musculosa ya estaba limpia y lista para volverse a usar y la segunda qué hacía mañana a la noche. 1.-La musculosa está en la bolsa de ropa sucia, conviviendo desde el miércoles con medias e indumentaria deportiva que tengo pendiente lavar. 2.-No sé, ¿qué hago? La invitó a tomar una cerveza. Nada innovador. Nada mal.


Él es un par de años más grande pero no tantos como para acentuar la diferencia. No tantos como para ella decir que salía con un chico más grande ni él con una pendeja. Igual, “salía”, una salida no es salir por más película que una se haga. Bueno, el caso es que salieron y estuvo bueno. Bastante aburrido comparado con los que eran pantalla mediante, pero estuvo bueno.


Cuatro veces más le tomó desenvolverse como una persona que procesa la información del interlocutor a velocidad normal. Capaz necesitaba la estabilidad que brindan cinco salidas en comparación a una, dos, tres o cuatro. No es insegura, no se mira al espejo y detesta lo que devuelve. Es más, le gusta mucho. Tampoco se piensa tonta. Pero el colchón de ‘estar saliendo’ es una pelotudez que siempre precisó.


Todavía no había pasado nada. La cuarta y quinta vez terminaron en su casa. Se tocaron un poco pero ella frenó. Hoy no se acuerda bien por qué. Ya había cogido “temprano” en otras “relaciones”, pero con ese chico sentía que tenía que aguantar un poco más. Tanta comilla, cualquiera se da cuenta de que una está hecha de precauciones.


En alguna de sus charlas de cuando él recién había cortado le dijo algo hermoso (pero) sobre su ex novia. Era algo como “voy mejor, ya reduje los momentos de extrañarla a viajes en bondi y minutos antes de quedarme dormido”. Lo felicité, qué sé yo. Una, que se castiga con lo que haya a mano, desea siempre ser esa chica que el chico quiso con locura. Aún cuando ya no, cuando está pasando de página y hablando con otra, con una, incluso.


Esa noche se besaron y ella terminó casi por completo encima de él, que pasó la mano por abajo de su remera, por su espalda hasta el otro lado y abrazó su cintura. Presionó un poco su cuerpo contra el propio mientras con los dedos acariciaba sin soltarla.


“Quiero” le dijo ella.
-¿Qué?
-Que quiero. Coger.


Él siguió besándola unos, habrán sido, cinco segundos más.


-No traje forros.
-¿Posta?
-Sí, no traje.
-Bueno, no, entonces no. Qué choto.
-Gracias, vino con todo el resto.


La chica se rió y se olvidó de las ganas de. Seguimos sin despegarnos un montón. Fue de nuestras mejores noches. Ella salíó de la pose y del cuidado de no cagarla. Él no se quiso matar por ser un boludo y olvidarse preservativos. Se empezaron a querer.


Pasó días enteros con cara de estar estando con el chico que le gustaba. Y qué linda le quedaba.


Rato antes de empezar la salida en la que seguro concretarían, desordenaba su casa viendo qué ponerse. Una suele intentar que las cosas se filtren disimuladamente y todo termina rebosando de obviedad, por eso se puso la musculosa de ese miércoles. El problema fue la elección de corpiño. El que mejores tetas le hace es -atención- violeta. Violeta chillón. Mi plan era, llegado el momento de desnudarnos, apagar la luz y revolear el corpiño lo más lejos de su campo visual que pudiera. Digo, se había relajado y estaban muy bien, pero dejar de pensar en estas pavadas requiere plazos largos, en los que él ya la haya tocado sin estar depilada, o visto la mañana después de haberse acostado con el pelo mojado, o llorando por algún sinsentido. Se puso el corpiño violeta, la musculosa, un jean azul oscuro, zapatillas rojas y bajó. Fueron al bar de ahí a la vuelta, el que está a la vuelta de cualquiera de nosotros. De cualquiera. Esa cuna de comienzos y finales, gente incómoda y llena de ganas de algo, con prepizzas horribles pero cerveza bien fría. Mesas de madera y la apuesta de sentarse al lado en vez de en frente. Saben de cual hablo, de cualquier bar que esté a la vuelta.


La tirita se asomó a la mitad del primer fernet. Y es que una siempre piensa de más. Quizás ellos también pero con cosas menos triviales. Más adelante le contó esta historia y se lo preguntó. “No. Posta que no. Igual me enternece mucho, pero no”.


Era muy fácil quererlo y así las precauciones fueron cayendo. Indicio de ello fue perder la cuenta de cuántas salidas iban. Pero en una cerca de la quince o veinte le dijo que le había mandado un mensaje su ex novia.


En un episodio confuso en el que ella quiso mostrarse despojada de cualquier tipo de herida, le pidió que lo leyera en voz alta. Me leyó el mensaje y era hermoso. Parecía espontáneo y muy sentido, algo que yo jamás habría logrado. Trató de ponerse en el papel de comprensiva, amiga o par y hablaron de esa relación un rato. Ella, desde la soledad más elocuente, le dio consejos muy concretos y bien formulados. Le contó que cuando el miedo la ahoga, se ducha a oscuras de madrugada mientras piensa que, si pasa eso, va a poder con todo el resto. Al par de semanas él le dijo que lo había hecho.


Siguieron viéndose un poco más. Temblaba cada vez que él miraba el celular. Se imaginaba a la ex novia como una princesa de pelo castaño y boca chiquita, una que no importaba dónde se parase, el subte siempre abría sus puertas delante de ella. Esa que quiso con locura.


Toda la ternura del mundo se puede compendiar en una chica triste que elige quedarse ahí, triste. Ella en ese momento era toda la ternura del mundo.


Él ya no sabía con qué nervio del cuerpo extrañar. Ella se pegaba las partecitas para parecer entera. Hicimos lo que pudimos y no alcanzó.


Hace poco volvió con su novia.


Seguro, cuando pase el tiempo y ‘hoy’ sea otro, una mire para atrás y se ría acordándose de las boludeces que pensó mientras me enamoraba. Aunque, cómo duele cuando pasa.


Tengo ganas de él todo el día, pero siempre que lo pienso se está yendo. Siempre se está yendo.


Cómo duele, la puta madre.



18 comentarios:

  1. ¡Hola julieta! Pasaba para decirte que mi noche de Viernes se basó en leer tu blog. Sí. Me encantan esas mini-historias que escribís, me pasa eso de que cuando empiezo a leerlas imagino toda la situación en mi cabeza, es un poco raro ¿no te parece? En fin, algo me pasa con "Toda la ternura del mundo" no puedo dejar de leerla. Tus palabras son realmente increíbles, sería un placer para mí leer un libro tuyo algún día.
    @itsnightmare_

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    1. Hola! Muchísimas gracias por dedicarme tu viernes. Me alegra que te gusten las historias, son cosas que creo pensamos todos y, por lo menos por la tangente, en algún momento vivimos.
      Ojalá algún día edite un libro, sigue en la lista de pendientes por ahora.
      Besos.

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  2. Tan lindo que me hizo llorar. Genia!

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  3. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  4. No se si en los detalles está la vida, lo que es seguro es que no sería vida sin detalles. Y tenes la peculiar y linda capacidad por lo que pude bucear en tu blog, de ver, esas cosas que no todos ven y además escribirlas y describirlas, de una manera que muchos menos pueden/podemos hacer.
    Firmarte y decirte "Que lindo", lo sentía poco para tamaños textos. Pero apunto a algo así: "¡Qué pluma, la puta madre!"

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    1. "Linda pluma" es un eufemismo que siempre me fascinó.
      No sé si la vida pero la literatura, por lo menos para mí, está sostenida por detalles.
      Gracias, besos.

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  5. Hola julieta. Me quede enamorada de tu manera de escribir, de expresarte con los detalles. Logras que me meta en cada una de tus mini historias; me pase el fin de semana internada en la compu para leer todo tu blog, ojala, ojala, ojala, algún día puedas escribir un libro, sos increible!

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    1. Ay, qué lindo mensaje! Muchas gracias. Me prometí que en septiembre empezaba a empezar el libro, así que supongo que más bien el año que viene tendré buenas nuevas,
      Besos!

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  6. Que hermosa historia. Lo que escribis es tan real que duele y reconforta en las mismas proporciones.

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    1. Quedate con que son ficciones, pero me alegro que las sientas mucho.
      Gracias :)

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  7. Ok, la historia de mi vida en este momento, la puta madreeeeeee.

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  8. Estoy tan hecha trizas que decidí leerte toda la noche porque esto es mi único consuelo y cada palabra esta justo en el lugar indicado. Y muy probablemente me bañe en la madrugada con la luz apagada para demostrarme que puedo soportar un poco más del dolor de siempre. Llegue acá en el momento justo o vos llegaste a mi, como sea que a la casualidad le guste. Gracias por tanto, Julieta.

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    1. Linda, muchas gracias! Al final te bañaste a oscuras? Yo le temo a esa escena.
      Gracias por los comentarios lindos.

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  9. Si con una vela prendida cuenta, entonces si. Todavia estoy practicando para hacerlo totalmente a oscuras.
    Pd: tarde un poquito mucho en responder :)

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  10. "Me veo imposibilitado de relajar la sonrisa" es algo que le contestó a mi novia cuando pregunta de qué me río cuando la miro. El otro día leyéndole este cuento, se detuvo en esa frase. Juro que yo no sabía que la había robado de acá. Igual ya es un poco mía. Siempre me haces quedar bien cuando te convido, gracias!

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