martes, 26 de mayo de 2015

Toda la ternura del mundo - Segunda parte

No sé si hago bien en escribirte. Tal vez ya estés en otra y esto destape pasado al pedo. Siento que te debo algo. Un perdón o una explicación, algo.

Hace frío y hay sol y por alguna razón los días así, con este maridaje, me hacen acordar a vos. No quiero que pienses que intento 'recuperarte' o arrimar; esto es sólo una explicación, un manual en mi idioma de lo que me pasó con nosotros. Quiero hacerme entender lo mejor posible, así que supongo que releeré esta oración, las anteriores y las que vendrán unas cien veces.

Terminé con Florencia y sentí que me habían cortado el agua. Era un miedo que me recorría todo el cuerpo, contrayendo y drenando cada músculo. Me autoconvencía de estar un poco mejor a medida que el tiempo pasaba pero no era así, y mentirse a uno mismo es como hacer acupuntura o tirarse de un paracaídas o ir al teatro o vivir: si no te lo creés, duele sin resultados. No había agua y entonces no había ducha que enfrentar de madrugada. Nada lavaría el miedo de haber conocido y tenido al amor entre mis brazos, y haberlo perdido. No sé si estoy siendo todo lo preciso que esta sensación necesita. Pero los minutos eran eternos; y qué si no me volvía a enamorar. Qué si no me volvía a sentir así.

En medio de esa asfixia mental me crucé con vos. Vos, con tu sonrisa de foto con amigas y la clavícula más perfecta que este planeta albergó. Una remera sin mangas, una cartera y un buzo atado a la cintura. Tuve tiempo de retenerte así porque te vi apenas saliste del subte, y te seguí mirando mientras caminabas a saludarme, y de vuelta cuando te fuiste.

Yo sabía que otra chica era imposible en ese momento porque el monoambiente poco luminoso y sin servicios que era mi cabeza estaba alquilado. Pero te vi y te seguí mirando y quise volver a verte. Y entonces te hablé.

Te juro que no quería que fueras una distracción. No deberías, ni mía ni de nadie. Estás tan sobrecalificada para algo así. Ya sé que tampoco nos conocemos mucho pero tenés eso de ser muy tierna y muy guaranga a la vez que te hace hermosa. Te ponés nerviosa rápido y no sabés qué lindo te queda. Además de tu sonrisa, claro. Y todo el resto.

Florencia es muy importante para mí. Con ella me enamoré y sufrí por amor por primera vez. Son dos marcas que no hay marea que borre. Y la quiero. Mucho la quiero. No sé si la amo. Pero, y ya sé que del otro lado no suena así, es algo bueno. No saber, digo. Para mí es algo bueno.

Seguramente ya te enteraste porque pasó mucho tiempo, pero nos separamos a los veinte días de volver. Era, sigue siendo, momento de enfrentar el miedo de no saber si podemos vivir sin el otro, si podemos amar por fuera de nosotros y sentirnos así otra vez.

Ojalá todavía sigas leyendo para que no te quedes con la catarsis nada más. También, te lo tengo que decir, hay una parte de mí que escribe esto porque sólo porque le (me) gusta cómo me mirás. Como si con los ojos estuvieras siempre intentando que me quede. Que me quedara, quiero decir.

Yo te lastimé sin querer por estar perdido y no dispuesto a encarar el miedo de no volver a enamorarme. Vos fuiste fuerte, me contuviste, me escuchaste. Pero nunca más sonreíste y fue injusto. Para los dos.

No tenías por qué bancarme lloriquear por otra chica, pero yo tampoco merecía que me negaras tu sonrisa. Quizá me lo busqué. Seguro.

No sé si me pude explicar, estoy tratando de asumir la culpa y a la vez que te sientas un poco en deuda de volver a mirarme contenta de estar mirándome.

No nos recordemos siempre yéndonos.

Perdón,

Martín.

7 comentarios:

  1. Pregunta, esto pasó de verdad? Lei la primera parte, y no sólo que me sentí más identificada con esta historia que con todas las demás, sino que ese mensaje (este) es el mensaje que creo que todas esperamos en algún momento en esa situación. Encontrar tu blog fue una caricia al alma. Sigo leyendo!

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Hola Paula! No es verdad, no. Por lo menos no mía. Pero me gusta que hayas empatizado.

      Besos :)

      Eliminar
  2. Pregunta, esto pasó de verdad? Lei la primera parte, y no sólo que me sentí más identificada con esta historia que con todas las demás, sino que ese mensaje (este) es el mensaje que creo que todas esperamos en algún momento en esa situación. Encontrar tu blog fue una caricia al alma. Sigo leyendo!

    ResponderEliminar
  3. Estoy saliendo con él. Con el que me tendría que haber mandado éste mensaje. Me mandó otros, dos años después del desencuentro y acá estamos, intentando algo nuevo... Pero leo esto y lloro, tengo tantos miedos, hay un algo ahí que cuando él no está conmigo (o hablándome) me acompaña... Gracias, me hiciste mierda Juli, pero (creó) me sirvió para desahogar, te quiero.

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Está bien que apuestes y te felicito por eso.
      Ojalá funcione.
      No tengas los miedos en primera plana todos los días que siempre van pasando otras cosas que la merecen.

      Beso!

      Eliminar
  4. Estoy exactamente en esa situación. No puede ser tan real, y veo que no es el único caso de la especie. Lloré porque me tendría que haber mandando ese mensaje, y sin embargo a la hora de dar explicaciones se borra totalmente. Pero el amor nos hace tan boludas no nos importa. Gracias Juli, es exactamente lo que quería leer (aunque no de la misma persona) te mando un beso

    ResponderEliminar
    Respuestas
    1. Ojalá te recuperes pronto, estoy segura de que en algún momento te vas a reír de estoy pensar que qué pavada.
      Beso grande :)

      Eliminar

Sí / No / Meh