sábado, 2 de febrero de 2013

Necesito no necesitarte II: La respuesta de Carla y la puta madre que la parió.

Contestó Carla a los pocos días:
"Qué ganas de mandarte bien a la concha de tu hermana, Andrés. Pero no, en cambio deseo que seas feliz. Muy feliz. Y lo más importante: que puedas darte cuenta. Cosa que dudo."


  

SENSACIÓN PRIMERA: Ir por la vida con la felicidad en potencial, por necedad o miedo de ponerla en acto. Porque se arriesga mucho.
Me sorprendió muchísimo. No el primer término, claro. El primero término está embadurnado de Carla. Pero lo otro me dejó boludo. ¿Y qué si nunca advierto que soy feliz?
Eso también me encanta de ella. Dice cualquier pavada y me deja pensando horas. Días. Pero ahora me quiero morir. ¡Creo que nunca fui feliz! O no supe que era feliz cuando lo era. La puta madre, Carla. Me estás convirtiendo en uno de esos giles que reflexionan.


SENSACIÓN SEGUNDA: Fernet. Porque al corazón vacío hay que llenarlo de alcohol. Y derramarlo por los ojos.
Cada palabra que sale de la boca de Carla es un peligro. Carla es así. Construye; y cuando se hincha las bolas, destruye. A veces, lo que dice forma laberintos, o montañas rusas que sólo audaces como ella son capaces de explorar. Por eso me gustaba estar con Carla, porque es mandada. Caminaba siempre adelante mío, haciendo frente a todo. Pero a veces me quedaba atrás. Re atrás. Por eso no me gustaba estar con Carla.


SENSACIÓN TERCERA: Chica de perros. 
Ahí, esa es una mina normal. Con esa mina yo podría tener una relación sana, estable, tranquila. Sana, estable, tranquila y aburrida.
Me la imagino con risa muda, livianita para alzar y de las que comen de a bocados muy chicos y nunca se terminan el plato. No me gusta eso. No entiendo si es que les da vergüenza comer adelante de un hombre o qué y, no sé, me parece una boludez. Pero seguro es muy familiera. Chica de perros, de una. Carla es chica de gatos. Los perros le parecen bobos. "Ningún ser vivo que quiera jugar con cuanta cosa se le ponga en frente merece mi simpatía. Hay que aprender a discernir. Si no podés discernir, no podés decidir. Y toda la vida se basa en decidir." sentenció una vez en casa de mis tíos, que habían estado tirándole un hueso de plástico a Quijote para que lo fuera a buscar la última hora y media.
Yo necesito a alguien que no arrebate contra todo y todos. Dale chabón, ¡es un perro!
 

SENSACIÓN CUARTA: Esclavitud.
Sí, soy un infeliz. Sino, no estaría acá pensando en Carla e imaginándome de novio con esta mina que ni conozco. Me pasa seguido, igual. Me hago mucho la cabeza. Pienso en si caería bien a mis amigos, a mis viejos. Pienso en que le diría "derecha" mientras caminamos por la calle, clavándole un dedo en la espalda para que se enderece.
Ella debe poner apodos melosos. Y chatitas. Sí, seguro usa chatitas y anteojos para descansar la vista. Capaz me daría besos en el cachete así de la nada. O terminaríamos de coger y apoyaría su cabeza en mi pecho todo transpirado. A mí me hincharía las bolas, pero la dejaría. Me encantaría tocarle el pelo. Me encanta su pelo.
Basta. Pará, boludo. Maquinás y maquinás, y yo único que lográs es ser esclavo de tus expectativas. Qué triste.


SENSACIÓN QUINTA: La felicidad es de la miopía y del futuro es la imaginación.
Proyecto. Me pregunto cómo garcharíamos, si con ternura o con rabia. Una vez leí que cuando el amor es verdadero, el sexo es sólo un muy lindo adorno. Bueno, sí, el más lindo. Con Carla era el tapizado de todas las paredes, el estampado de todos los acolchados, y el barniz de todos los muebles. Eso hacía casi imposible que el amor se pudiera lucir. Creo, no sé. Puede ser que los cuatro fernet estén pensando por mí.
Me pienso sin Carla. Me pienso con ella. Pero no me siento mejor. No sé qué le ven todos al futuro. Depositar la idea de felicidad en el futuro es una boludez de negadores. La felicidad está en la miopía, en ver solamente lo que está cerca. Sí, visión corta. ¿Para qué tratar de enfocar lo que está lejos? Tengo que dejar que me sorprenda.
Atinar a adueñarse de qué va a pasar nos despista de lo que está pasando. Para eso está la imaginación, que nos deja pintar por fuera de los bordes y que, en toda esa desprolijidad, la imagen mental quede buenísima.
 

SENSACIÓN SEXTA: No tengo 15.
Necesito acercarme para dejar de maquinar.
Quiero tirarle un papelito. Si me mira y sonríe, voy.
No, es una pelotudez. Un papelito…¿Qué tengo, 15?



No es que no quiera ser feliz, que no sepa cómo o que no lo note. Es sólo que no me animo.

4 comentarios:

  1. El amor no se puede lucir si el sexo es esplendoroso.

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  2. Ahora entiendo laa causa de mi ultimo fracaso amoroso, eramos muy buenos en cama, soy.

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  3. jajajaja iba a decir lo mismo luli love.

    Somos buenas en la cama.

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