domingo, 24 de junio de 2012

El mundo es de los que se atreven: La historia de la historia.

El impulso es más gratificante que el control. Tiene un plus de valiente, de corajudo. Lo paradójico es que el impulso también se regula, porque desproporcionado tira más para locura que para Herculismo.

Muchos (más de los recomendados) hablan de que la historia la escriben los que ganan.
Y, qué se yo, la historia sigue un circuito. Primero (muy cerca de lo acontecido) es periodismo, y si en esa instancia saliste 3-0 abajo, por ahí no te pinta hacer pública tu parte. Querés rearmarte puertas adentro, recién ahí darle voz a los hechos. La cosa es que para ese momento ya están escritos, publicados, con tapa dura y traducidos en 18 idiomas.

Pero todo esto, la historia de la historia, siempre cuenta con un momento clave. Ahí elegís, tenés la bola 8 toda para vos: Hacé lo que quieras. Liquidez pura, diría la profe economía y sociedad. Si apostás podés perder; si no apostás, ya perdiste.
Por eso pienso que no se trata de ganadores o perdedores, la historia es de los que se atreven.

Encontré mis apuntes del curso de ingreso a DiTella hoy, que nunca terminé. Tienen un millón de dibujitos en los márgenes, que si lees bien entre líneas, descifras el captcha “kill me now”. También tienen una frase de Saramago resaltada que dice “La derrota tiene algo positivo: nunca es definitiva. En cambio, la victoria tiene algo negativo: jamás es definitiva." Genio.
Por eso resulta obsoleto hablar de estabilidad. Está sobrevalorada. “Stable is that step backwards between successful and failing.” - Pete Campbell en mi querida Mad Men. Es para cagones equipo chico (?) como él, que seguramente confunden felicidad con prosperidad. Que igualan libertad y permisividad.

No pensemos que la historia es una sola. La historia tiene forma de ficción, de muchas historias que jugaron al teléfono descompuesto. Hay que escribir la propia, aún si te aleja cada vez más de un best-seller.
Lo que me hace acordar: no muchas especies me generan más rechazo que los glotones del éxito. Esos que hacen resúmenes y no los pasan, ponele. O que señalan los defectos ajenos todo el tiempo, como si eso fuera a borrar los suyos. 
  

Se puede escribir, borrar, volver a escribir, volver a borrar, hacer un agujero con el lado blanco del borratinta, pegarle un hojalillo y seguir escribiendo. Haciendo de cuenta que los artículos de librería no están tan saladitos, claro.

4 comentarios:

  1. muy lindo texto, Juli.
    hace tanto no te veo!

    y si escribiendo tu propia historia te alejás de un best-seller, sabé entonces, que (te) estás escribiendo bien.

    muchos besos!

    M

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    1. Hola Martha, mucho tiempo es verdad! Me alegro que te haya gustado, no sabía que leías el blog y me pone contenta.

      Espero que estés muy bien, un beso enorme.

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    2. me lo pasó marie y te sigo :)

      beso!

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