domingo, 31 de julio de 2016

miércoles 2 de junio

Casémonos. Se me ocurrió hoy a la mañana mientras hervía el agua que no tenía que hervir y cierra por todos lados. Yo ya te puedo prometer que voy a quererte y cuidarte siempre. No estoy segura pero nunca prometo cosas sin dudar. Si querés cambio la clave de la compu y pongo tunombre2016, me parece que los casados a veces hacen eso. Es estúpido y muy lindo, ahí te das cuenta de que la definición misma de matrimonio aplica para todo lo que abarca. 

¿Cómo son tus claves? ¿Nombres de familia, de jugadores de fútbol, cosas numéricas que combinás, algo tipo Bonnie&Clyde para sentir que desafiás el sistema? 

El otro día me paré en mi living y te imaginé tirado en el sillón. Encajabas perfecto, te juro. Estabas en jean y patas y con la manta tapándote hasta donde dura un plano americano. ¿Cantás en la ducha? ¿Te molestaría que te grabara? Sólo audio. ¿En qué pensás justo antes de irte a dormir? ¿En mí, alguna vez? ¿Cocinar o lavar? 

Sé que mucho no nos conocemos y que puede ser un desastre. Pero, mirá, yo ya soy un desastre, vos también, vos estás re triste y yo me siento muy sola. Es raro que alguien diga esto de sí pero soy buena piba, soy linda, soy divertida en el sentido de que a veces me paso de estúpida, pero no me jode, es más, un poco me gusta. Canto pensando que canto bien. Si alguna vez te fastidia me podés hacer la seña de Ross cuando Chandler y Joey están pelotudeando. 

A veces siento que si no te doy besos estoy perdiendo el tiempo. Por eso capaz lo quiero sellar, para crear la ilusión de que somos infinitos y vamos a tener todos los días para querernos. 

Ya sé que todo esto es extremo y se lo podés mostrar a quien quieras y tratarme de loca. Pero mirá si me decís que no y la tristeza no se te va nunca y después pensás en lo que podríamos haber sido, en que extrañás mi sillón por más de que nunca hayas estado encima. Porque el tiempo se dobla raro, ¿viste? Un segundo y el agua ya hirvió. Por eso odio la expresión “es un antes y un después”, porque todo lo es. Así funciona.

Me contó Fabi que cuando era chico cuidaba mucho el almanaque de su casa porque pensaba que de él dependía el tiempo. Pensaba que si por ejemplo se perdía, los días podían dejar de pasar o desordenarse; que si se manchaba con café y la página se machucaba, no habría, no sé, miércoles 2 de junio ese año. 

Si se rompe el almanaque, entonces se rompe el tiempo. Esa era la lógica. Todo el poder de la dimensión temporal en trece hojas anilladas y caratuladas con un gatito de sombrero al lado de un juego de costura que tuvo la microdecencia de esquivar el lugar común y no contar con lana.

O por ahí el miedo era a que el tiempo siguiera pasando y él no tuviera forma de saberlo. O que pasara para todos menos para él, porque el resto había cuidado su almanaque. 

Si nos casamos y yo te veo contento, primero te parto la boca y después voy y rompo todos los almanaques del barrio. 
Te lo prometo.



Una foto publicada por Lucas Garcia Molinari (@_lucasgm_) el

domingo, 10 de julio de 2016

Nueva grabación

Luli dice que Romeo y Julieta son unos capos porque se murieron pensando que el primer amor era el amor. Meri la graba, quiere que eso que dijo lo podamos escuchar las veces que sea necesario, graba y al día siguiente lo manda al grupo. Lu dice otra cosa sobre amor o amores y también que tiene ganas de besar a alguien por primera vez. Yo le digo que es hermoso lo que acaba de decir. Tenemos unos ocho, diez minutos de este existencialismo romántico de bajo presupuesto. La gran mayoría no fue capturado y pensamos o pienso en el encanto del vivo, de lo irreproducible y en que incluso ahora, recordándolo para dejarlo escrito, lo voy a haber bastardeado. Desventajas de lo autobiográfico incluso en épocas de hiperconectividad y multiplicidad de recursos.


Lu se va y besa. Le envidio la experiencia y la espontaneidad. Nunca me copé mucho con eso de cuándo fue la última vez que hiciste algo por primera vez pero ahora tiene que ver con vos o lo tuerzo para que sea así. Yo vuelvo a escuchar la grabación. Me gusta porque es una idea perfectísima y porque estoy a favor de todos los videos en los que se habla a cámara y la persona no dice “Bueeeno, estamos acá”.


Esa noche me grabo, sólo en audio, diciendo que no sé si te quiero porque no te puedo querer, porque hay bases fundamentales del querer o para querer que no tenemos, pero que sí me gustás mucho. Digo ‘no sé si te quiero pero me gustás mucho’. Se llama “nueva grabación1”. Ponerle (otro) nombre es tarea imposible. Todo el tiempo quiero pasar todo el tiempo con vos. Eso no se escucha en ningún lado, afirmarlo en voz alta me da algún tipo de miedo que no termino de dibujar.


Romeo y Julieta son unos capos porque se dijeron todo y después se murieron, por eso, y el primer amor como casi siempre es una coincidencia; pero sabían que el después iba a ser una cagada porque quizás uno se desenamoraba o se daba cuenta de que no estaba para algo serio, o aparecía otro veronés que le volaba la cabeza. No permitieron que el amor que se tenían terminara ni se destruyera y nos dejaron a todos la idea de que eso sólo es posible si te morís enamorado y si tu amor es recíproco y el otro también palma. Odio decir palma porque este es un tema serio y en mi cabeza hay un corito que canta “palmas, palmas, palmas”.


Para que el amor te dure toda la vida, tenés que quedarla casi apenas te enamorás.


Una foto publicada por Lucas Garcia Molinari (@_lucasgm_) el

No me quiero morir sin darte un beso por primera vez ni por milésima vez. No me importa si algún día se nos va el embeleso, si estoy evocando cosas que no existen para tener de dónde agarrarme y justificar por qué carajo pienso en vos el día entero. Todo es invisible pero está muy cerca.


No me voy a morir, igual. Más que nada porque odio los archivos sin título.

miércoles, 6 de julio de 2016

Una buena

Hace cosa de siete años estábamos con mi mamá en el ascensor de donde vivíamos y de golpe nos quedamos y ella se puso a llorar. Me tenía que llevar a lo de mi papá y se iba a jugar al tenis. O tennis, no sé cómo es. Nada urgente, pero se puso a llorar y le pregunté qué le pasaba y me dijo que todo, que todo le pasaba, que necesitaba una buena. Salimos con vida. Lógico. Llegamos al garaje, nos subimos al auto y partimos incómodas. A los veinte minutos le pregunté por qué no le daba una oportunidad a terapia. Me dijo que un analista no iba a curar a sus hermanos ni mejorar a mi abuela.


El año pasado le contesté algo parecido a mi hermana y me respondió no va a curar a nadie pero es para que no te enfermes vos.
Intenté. Cinco sesiones. Desistí o fallé, a veces es lo mismo.


El domingo hablé con Mer. Le conté que venía masomenos y le pregunté qué tal ella. Me dijo que tiendo a desdramatizar porque soy taurina y que a veces sí pasa, sí pasa algo, que nada de ‘contame vos’. A mí mamá le pasaba de todo pero es de géminis así que no abotona. Creo. No sé de esto. ‘Mamá’ solo queda mejor pero hace poco le dije a un chico que soy posesiva con cualquier pavada. Estaba hablando de él, como casi siempre. Nunca creí mucho en los signos, las casas ascendentes y eso pero suelo atar mis creencias a mi estado de ánimo. Y si no airear la tristeza se justifica con que soy taurina entonces es obvio que soy taurina.


En algún audio me largué a llorar y cuando volví a la cordura le conté de una plantita que quiero y se me está muriendo. Mi mayor problema es que genero apego o sufro desmedido. Por un rato, todo me importa y todo me lastima. Me dijo que le metiera tornillos a la planta porque se oxidan y funcionan como fuente de hierro. Pensé ‘wow, debe ser como un pase de merca vegetal’. Pero no sé nada de plantas y mucho menos de merca.


A hoy, no se registra evolución. Soy ansiosa. Todos somos ansiosos. Todos somos un manojo de fracasos y frustraciones con las que no sabemos lidiar. La planta se va a morir y yo voy a tardar en reemplazarla porque lo que implica duelo express y sustitución así al tun tun me da una culpa bárbara.


A mi mamá la extraño un montón. Todos los días. Cuando no la extraño me acuerdo de que pasé un rato sin extrañarla y pienso que no se lo merece. A veces hago cosas para darle la buena que pide. Cuando estaba en la secundaria leyó Otelo por mí y me lo contó acto por acto. Me saqué un ocho. Estaba re contenta. Yo también. Hizo más y mejores cosas, pero a ella le gusta contar eso y a mí me gusta que lo cuente porque hace como un arqueo de cejas muy simpático, como regodeándose pero a la vez no pudiendo creer que nos, le, fuera tan bien. Me gusta que algo tan chico la haga tan feliz porque a mí con las golosinas o las siestas con el perro me pasa lo mismo y es lindo saber que lo saqué de ella.


Uno siempre enfatiza las herencias más despreciables o los ojos claros. No tengo ojos claros.


Creo que estoy dejando morir a mi plantita para tener una razón para llorar. Y si viniéramos con tres posibilidades de viajar en el tiempo y no me las hubiese consumido ya, una la usaría para volver y decirle “no llores, ma, te quiero”.


No sé, algo así, una buena.


Pero si pudiéramos viajar en el tiempo habría, como mínimo, una profesión menos.

Una foto publicada por Lucas Garcia Molinari (@_lucasgm_) el